Lápices, ceras, rotuladores. 1.776x0.42m
Santander se agranda y se hace pequeña entre la mar;
una mar cuyas aguas son parte de las calles más que las calles mismas, y su
viento trae palabras que ya poco se utilizan, historias de tenues luces que
lucen más cada día y hacen sombra a las personas, las mareas y las vidas.
Historias de cañas de noche sobre la piedra fría esperando con el dueño a las
ya pocas sardinas. De barcos viejos, pintados de olvido y redes vacías.
Una bahía llena de palabras esperando a ser pescadas y
notas que ojalá en alguna red caigan.